Amalia Polleri
Caligramas y Cilindros
Los cilindros móviles de Amalia Polleri
Amalia Polleri es una artista de larga trayectoria, que como muchos creadores modernos desaparece temporalmente del panorama plástico nacional, sin llegar nunca a abandonar la labor pictórica y que en estos momentos reaparece en la plenitud de su potencia creadora, pasando a ocupar un primer plano en el horizonte artístico nacional.
Abandona los “laberintos” imágenes de la ciudad moderna, realizados en gamas bajas, para irrumpir en sus actuales “caligramas” con un brío cromático inusitado, ofreciéndonos un mundo armonioso y amable, en el que los objetos, o mejor dicho las sustancias, la esencia de ellos, reducida a manchas y formas elementales, se desarrollan sobre impecables fondos blancos en un impulso lúdico.
Hay algo de accidental y milagroso en esa conjunción de manchas y formas.
Es un mundo sin sombras, primario, en el que el dominio del arabesco y la curva otorgan a la composición una llaneza, y una fl uidez anunciadora de un orden.
Aporta Polleri un arte de conceptos claros, de estructuras abiertas.
El blanco del fondo de todas sus telas, carece de la frialdad de un Léger y se transfi gura por la intercalación sabia de colores vivos y calidos, en una fuente de acogedora luminosidad.
Todas las obras de Amalia Polleri que integran esta muestra tienen un esplendor sin altibajos, como si la artista, poseída por un frenesí creador, la hubiese elaborado
dentro de un mismo y único impulso.
Aunque recurre a todas las gamas de color, una certera intuición la aleja de cualquier disonancia.
La pintura como un objeto plástico.
Polleri es una personalidad inquieta, desconcertante y múltiple. A practicado durante mucho tiempo todas las formas de expresión, el fresco, el grabado, el dibujo, la pintura, cerámica, ejerce la docencia con verdadera pasión y últimamente la crítica de arte.
Su espíritu de búsqueda la ha llevado a la construcción de los “Cilindros Móviles”,a su pintura sin fin.
Vivimos en una época en que el arte ha culminado su separación, su quiebra con el público. Como una reacción a esto, el artista inconcientemente ha salido del cuadro de caballete, como manifestación individual, y destinado a un público limitado, trasladando el arte a mundo de los objetos cotidianos.
Estos cilindros colgantes posen el carácter de verdaderos objetos, deben ser suspendidos del techo y en un ámbito apropiado constituyen un elemento activo que reordena el espacio del contorno.